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jueves, 2 de agosto de 2018

Porque Vuelvo a Argentina

 



No es la primera vez que viajo a EEUU, tampoco la primera que recibo tentadoras ofertas de trabajo en las que ganaría 3 veces más que Argentina haciendo menos y lo más tentador algo realmente me gusta hacer, tampoco es la primera vez que me cruzo con el dilema moral de “porque no me quedo y porque volver”, lo que sí es nuevo para mí, es que esta vez, gracias a la conectividad masiva, que no es otra cosa que un medio masivo de comunicación, pude recibir una especie de feedback proveniente de una buena parte de mis contactos en el celular, incluso de algunos grupos, todos con la misma buena onda por su puesto, disfrútalo, pásalo lindo, incluso el infaltable hasta desde desconocidos “tráeme si podes esto o aquello”. Otra cosa en común en casi la mayoría de los contactos fue “porque no te quedas” o “no vuelvas más”. Sin importar la edad, esto último era más constate, en lo jóvenes.

Es ahí cuando no puedo evitar preguntarme, realmente, porque que vuelvo a Argentina, para ser claros, tengo pasaporte europeo como muchos en argentina gracias a nuestros abuelos que se animaron a dar el salto, la mayor diferencia aquí es que cuando hago estos viajes lo hago con el pasaporte argentino. Dicho sea de paso esta “educación” creada por nuestros abuelos, es algo que lamento decir, nos pesa culturalmente, porque es gracias a ellos y nuestros padres que deseamos el viejo mundo como si de la tierra prometida se tratase. Esto último muchas veces ha logrado que seamos extranjeros en nuestro propio país perdiendo hasta el más mínimo sentimiento de patriotismo, es como si estuviéramos en una casa alquilada de manera permanente (es bien sabido que los inquilinos rara vez cuidan las propiedades, porque cuando se cancela en contrato se van a otra, y es así como no educaron), “vos tenes ciudadanía de “tal País” porque tu abuelo era de allí”. Esto lamentablemente pesa tanto en los jóvenes, que en su mayoría los que cuentan con esa oportunidad, no ven la hora de recibirse para poder irse de esta especie de “casa alquilada” en la cual viven, incluso hasta estudian carreras o se profesionalizan en tareas que puedan utilizar fácilmente afuera, esto termina siendo un arma de doble filo letal, porque muchas veces estudian carreras por la oportunidad laboral que les da afuera, (no me mal interpreten, no está mal anhelar una vida mejor) pero estudiar algo; no porque te gusta, sino por la posibilidad laboral, es casi un suicidio intelectual.

Por desgracia para todos los otros que no cuentan con esta oportunidad porque perdieron sus raíces europeas –seamos realistas- salvo un reducido porcentaje de ciudadanos descendientes de originarios, el resto somos españoles, italianos, alemanes o de algún país europeo. Son estos jóvenes que no tienen o pueden acceder a esta posibilidad y que son 100% argentinos. Son ellos lamentablemente, quienes en muchos casos se sienten atrapados. Atrapados porque están en un mundo al que no pueden cambiar, doblemente atrapados porque no pueden acceder a un pasaporte de otro país para simplemente escaparse de su tierra natal; en la que vivimos todos los Argentinos; porque no importa que diga tu pasaporte, si naciste en Argentina sos Argentino.

Es justamente a ellos a quienes se les genera por ese desapego cultural que tenemos, un estado permanente de frustración del cual no pueden salir fácilmente, cuyas consecuencias sociales y culturales son tan complejo no voy a analizarlas ahora.

Es puro instinto de supervivencia que si vivís en Cuba o Venezuela, el sentimiento de querer escapar de esa cárcel sin muros sea tan naturalmente fuerte, que no tengas otra salida, lo más irónico es que a pesar de todo lo que tienen en contra y muchísimos ciudadanos que pueden salir, son justamente ellos los más arraigados a su país original.

Entonces volviendo a mi interrogante inicial, ¿porque vuelvo?, si como muchos me dijeron, no estoy casado, no tengo hijos, no tengo “ataduras” (como ellos mismo dijeron ; que triste realmente sentir como ataduras a tu propia familia, cuando en realidad deberían ser el sinónimo de tu propia libertad espiritual. Pero si, podría decirse bajo ese precepto cultural, que no estoy atado en lo más mínimo, que son una persona libre y bien podría irme sin hacer mucho ruido. Siendo esto en realidad el motivo por el cual vuelvo, es justamente porque esa pregunta está mal formulada, la que cada vez que tengo oportunidad de viajar me hago, es en realidad, ¿Por qué no volvería? , al hacerme esta pregunta mi auto respuesta, es que no lo hago por mí, (a pesar de que soy humano y el humano es egoísta por naturaleza), tampoco claramente vuelvo por esos jóvenes que se van a diario, ni siquiera (podría decir) es por mi hogar o país, porque el hogar básicamente puede construirse en cualquier lugar donde uno se sienta a gusto, y el país, bueno, está ligado directamente a lo que llamamos hogar. Entonces no puedo evitar preguntarme porque vuelvo a un país en el que un día de viento, te persiguen las bolsas de basura porque las empresas de recolección son mediocres y los ciudadanos son tan desconsiderados consigo mismos, que transforman las calles en un basurero a cielo abierto; donde si salís a practicar ciclismo no sabes si volves, ya sea porque te pisan en la ruta o te roban la bici para venderla por dos pesos; donde durante meses no llueve pero las calles siempre están húmedas gracias a las cloacas reventadas; donde los políticos son tan corruptos que solo les importa cuánto les queda en su cuenta bancaria, sin importar las consecuencias para los jóvenes; donde la policía es tan corrupta que muchas veces no sabes si te están por robar, y los policías honestos que son muchos y conozco varios, no tienen recursos o están atrapados en un sistema que los aplasta; las calles son un desastre, los medios de comunicación están comprados, la educación bueno.. es del dos siglos atrás, donde preparaban a las personas para la era industrial y es algo que claramente no va más, la lista sigue y sigue.. creo que cada uno de ustedes imagino siete cosas distintas al leer cada una de estas.

Claramente en lo personal podría quedarme en otro país, hacer borrón y cuenta nueva, tal vez si me hubiera ido como la mayoría de mis compañeros de secundario (siendo joven) estaría en algún lugar de Europa como ellos, pero no lo hice. Tampoco voy a decir que me acostumbre a vivir en el caos y la anarquía, porque no me acostumbre en absoluto. O mejor dicho, me desacostumbre, porque como todos los jóvenes y muchos ciudadanos que son parte del problema más que de la solución, yo estaba totalmente acostumbrado a vivir entre la infinita lista de fallas que mencione antes, pero fue cuando tuve la oportunidad de viajar al primer mundo por primera vez, (Sudamérica es bastante parecida en todos lados) fue donde me di cuenta que se puede vivir mejor, donde me di cuenta que escaparse no es la solución, aprendí que vivimos en un mundo globalizado, en el cual todo el planeta no es más que un pequeño barrio donde todos somos vecinos, donde con pequeñas acciones se puede cambiar mucho, entonces fue ahí cuando viaje por primera vez, que me pregunte a mí mismo para que volver; me di cuenta entonces, que tenía el deber de ser útil a la comunidad a la que pertenecía, que de nada servía que yo viviera en EEUU o EU si en Argentina, cada vez se estaba peor, fue entonces cuando me puse la meta de intentar cambiar la realidad de las personas que me rodean al menos, ampliando su cultura, sus posibilidades de acceso, sus oportunidades de ser motores de cambio, eso fue relativamente fácil a decir verdad, porque hace quince años no conocía a tantas personas como conozco hoy.

Fue por eso que amplié mis objetivos, creando una ONG, colaborando y transmitiendo todo lo que se, ayudando a cambiar vidas de a poco. Si; ese es el motivo por el que vuelvo a Argentina y no me quedo a vivir en el primer mundo, porque el primer mundo lo crea uno con sus actitudes y accionar que tiene a diario, el que tira basura o es corrupto no importa donde viva va a seguir siendo igual. Pero hay todo un grupo de jóvenes que desesperadamente quieren algo mejor, lamentablemente creen que algo mejor, está del otro lado del mundo, que si no cuentan con esa posibilidad tienen que ser unos parias para el resto de sus vidas. Es por esos jóvenes o al menos a los que puedo acceder, que vuelvo mayormente, es justamente a ellos a quienes hay que formar y hacerles ver que el primer mundo es lo tienen delante de ellos mismos, que el cambio empieza por uno. Que son ellos quienes en el futuro no muy lejano, 20 años, van a vivir en el mundo que ellos mismos construyan, algo que no aprendieron nuestros padres, porque simplemente nadie se los enseño. Algo que nos toca vivir a diario a todos nosotros, los que decidimos quedarnos, y cambiar para mejor. Por suerte en este pensamiento no estoy solo, están todas las personas que forman parte de la ONG, otras tantas que se unen a mi o a nosotros, incluso algunos políticos honestos que encontramos (tan raro como una aguja en un pajar), pero a pesar de que somos muchos, no solo en argentina, más bien en todo Latino América. Somos al mismo muy pocos. Sé que suena a paradoja trillada, pero es la realidad. No somos pocos los que pensamos así, pero al mismo tiempo somos poquísimos, esto es básicamente porque en la inmensidad de territorio en la que vivimos (otra paradoja ya que dije “el mundo es como un barrio”) pero así es en realidad. En esta inmensidad en la que vivimos todos los que compartimos esta filosofía no somos suficientes, no lo somos en primera medida porque muchas personas, muchas más de las que creemos, se sienten “cómodas” en esta incomodidad constante, o lo que es peor, pretenden tener a la sociedad así como hasta ahora, porque a fin de cuentas es fácil ganar votos promoviendo seguridad, y fuentes de trabajo, cuando es justamente eso lo que falta, siniestro verdad, pero así es.

Entonces volviendo a la pregunta que me formulaba al principio, vuelvo porque soy argentino a pesar de tener otro pasaporte, porque siento que tengo muchos hijos a pesar de no tener ninguno, pero sobre todo porque quiero un país mejor, porque creo que se puede, porque sé que dentro de 30 años los jóvenes de ahora van a dirigir el país. Si todas las personas como yo o los que me acompañan en este pensamiento simplemente se fueran, cuando ellos finalmente tomen el control, vamos a seguir el mismo camino destinados a la extinción absoluta, porque todos los jóvenes que no pudieron irse fueron formados por dinosaurios corruptos y egoístas, siendo eso lo que aprendieron.

Vuelvo porque si queremos que esto cambie dentro de 20 años o 40 no tenemos que irnos, vuelvo porque hay que meter las manos en la mugre para destapar la cloaca, porque tenemos que comprometernos a tal punto, que nuestros jóvenes no quieran irse más de aquí, o de lo contrario vamos a terminar como refugiados en un país extranjero como nuestros abuelos, para luego darnos cuenta que estamos repitiendo una historia sin fin.

Si queremos que esto cambie, es el deber de todas las personas que pueden viajar conociendo otra historia, trasmitir lo que aprenden afuera, traer nuevas ideas, nuevas formas de pensar, apadrinar a un joven que no sea de su familia directa, enseñándole otro idioma, economía, historia, abriendo sus posibilidades, cambiando su mundo para cambiar el nuestro, enseñarle que la familia no es una cuestión de sangre, es una cuestión de valores.

“Quisiera poder cambiar esto”, muchísimas personas me lo dicen a diario, así mismo otra cantidad igual me dice, “esto no cambia más”. Mi pregunta es, no para los que dicen que no cambia más (esos ya están perdidos, van a vivir donde les toque), si realmente quieren que esto cambie, que esperan para tomar cartas en el asunto, hacer algo desinteresado y honesto, salgan de la queja; dejen de desear que cambie y comiencen a tomar cartas en el asunto, empezando por ustedes, siguiendo con algún aporte, por pequeño que sea, para con algún joven que conozcan. Porque si queremos un país y un mundo mejor, la solución no está en escapar, o desear lo que tienen los otros, la solución está en empezar con el propio ejemplo para continuar con los jóvenes. No hagan como con la dieta “la empiezo el lunes”, empiecen hoy, no tirando basura en la calle, empiecen hoy hablando con un joven de política, empiecen hoy transmitiendo un mensaje de valores.

Empiecen hoy compartiendo este escrito, este humilde pensamiento de alguien que cree en sí mismo y en la voluntad de cambio de todos ustedes.